Cortijo La Loma

El cortijo, conocido como „el cortijo los Cabrera“ formaba parte de una finca útil para el pueblo de Gualchos. Se cultivaba aquí prácticamente todo lo necesario para el propio consumo y los productos se vendían también en los mercados de las ciudades cercanas. Disponía de una era, donde el trigo y otros cereales eran procesados con la ayuda de burros y mulas. La tierra fué abandonada hace más de 40 años, según parece debido a periodos de sequía y durante la dictadura.

Cuando el actual dueño de la finca, Señor Meyer, descubrió el cortijo en el año 1986, éste se encontraba totalmente en ruinas. Comenzó a restaurar la casa ateniéndose al estilo local y manteniéndo muchas de las antiguas características. En el año 2009 se tomó la decisión de devolver a la finca su carácter original de finca agrícola y fué entonces cuando nació el presente proyecto de Permacultura y La Loma Viva había nacido.

Gracias a la nieve que cae cada año en Sierra Nevada, La Loma Viva dispone aún hoy de dos manantiales, por los que corre el agua casi durante todo el año, y que nos proporcionan agua pura y vital!

Esto es posible gracias a un antiguo sistema de regadío y suministro de aguas creado por los árabes hace al menos 500 años. Este sistema consiste en las llamadas galerías, túneles construidos en el interior del monte, donde se topan con las venas de agua. Hechas a mano, son de una gran belleza y funcionan sin apenas necesidad de mantenimiento desde hace siglos. Esta sorprendente proeza de tecnología ancestral, incorpora también acequias - pequeños canales que sirven para dirigir el agua, albercas - tanques de piedra para almacenar el agua, y otros peculiares elementos como lavaderos y pilones para dar de beber a los animales.

Otro elemento típico en la agricultura tradicional creado para aumentar el terreno disponible y mejorar su accesibilidad, a la vez que retener el agua, son los bancales (terrazas) hechas a base de muros de piedra. Aún hoy en día La Loma se beneficia de estos bancales, ya que facilitan trabajar y moverse por el terreno, y previenen la erosión.

En el año 2012 comenzaron las obras para crear espacios de alojamiento para estudiantes y voluntarios, así como para talleres y cursos. Con la intención de minimizar el impácto visual de las nuevas construcciones en un terreno considerado reserva natural, se tomó la decisión de concebir este nuevo espacio, por debajo de lo que fué la antigua era y un patio.

El centro de retiros y formación ha sido construido guiándonos por principios de sostenibilidad y técnicas de construcción ecológicas.

Hemos empleado un proceso de construcción, que hemos llamado „arquitectura evolutiva, democrático y del Camino Medio“ - a través del cual hemos diseñado, planificado y construido todo nosotros mismos, ateniéndonos a las aportaciones de equipo, una atenta observación y trabajadores locales. (Lo requerido para permisos oficiales y legales ha sido realizado por una arquitecta y está a disposición de quien esté interesado).